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Mostrando entradas de noviembre, 2008

Consumo de energía y finanzas personales.

El mundo vive momentos marcados por una crisis financiera y un repunte de los gastos en energía que, a mi modo de ver, se encuentran íntimamente relacionados, y que no se resuelve en los días inmediatos que suceden el desplome de los precios del crudo. Al menos en lo que a nuestros bolsillos concierne, un entorno de “sequía” financiera nos afecta más en la medida que requerimos más efectivo para llenar el tanque de combustible de nuestros vehículos y plantas eléctricas, para pagar la factura de electricidad, o simplemente para pagar el costo del transporte de pasajeros o de carga; y todo esto a pesar de que los precios del petróleo se están desplomando. Miles de familias exploran alternativas energéticas que les permitan “estirar” el presupuesto. Hace muchos años que presenciamos una industria dedicada a “migrar” hacia Gas Licuado de Petróleo (GLP) los automóviles diseñados para funcionar con gasolina. Recientemente se producen “amagos” de incorporar el Gas Natural Comprimido (GNC) com

La crisis financiera

Érase una vez cuando los bancos prestaban dinero con la sana intención de ganar un interés y de recuperar su capital, financiando la adquisición de los bienes requeridos para cubrir o satisfacer las necesidades humanas. Érase una vez cuando el reembolso del capital y el pago de los intereses era la fuente de ingresos de las instituciones financieras. Érase una vez cuando el valor de la garantía hipotecaria superaba entre un 10% y un 20% la cifra máxima a financiar para la adquisición de una vivienda. Sin embargo, ese “cuento de hadas” cambió abruptamente cuando los hombres de negocios decidieron que en lo adelante el préstamo de dinero no solo tuviera como objeto ganar un interés y recuperar el capital. En lo adelante, el préstamo se convertiría (a través de la titularización) en un objeto de especulación en sí mismo, que sería comercializado en los mercados financieros, y adquirido por personas que no tienen ningún contacto con el deudor, aunque se benefician de la garantía hipotecari